Los Barracones De Auschwitz.pdf
Antes de visitar Auschwitz (Polonia), ya habíamos estado en los campos de Buchenwald y Sachsenhausen, ambos en Alemania. Pero quien entra a Auschwitz visita algo más que un campo de concentración. Auschwitz es una llamada de atención desde el pasado, un grito de horror que aún retumba entre los antiguos barracones y nos recuerda cuán inhumanos podemos llegar a ser. No es un lugar agradable ni entretenido, pero aún así debería ser una parada obligatoria en cualquier viaje a Polonia. Sobre todo si pensáis visitar Cracovia, preciosa e histórica ciudad situada a unos 65 km de Auschwitz.
Los barracones de Auschwitz.pdf
Download Zip: https://www.google.com/url?q=https%3A%2F%2Furlcod.com%2F2udt5V&sa=D&sntz=1&usg=AOvVaw0VmGud6tFipayDce_-XXtd
En cambio, Auschwitz II es de entrada libre, cosa que los touroperadores se cuidan mucho de decir. En el II sí que puedes ves los barracones auténticos por dentro sin presión y es donde puedes hacer la foto de la entrada con las vías del tren, que es la que todo el mundo quiere hacer.
Nadie puede imaginar el grito de una persona electrocutada cuando, desesperada, se tira contra la alambrada para poner fin a sus días, explica la polaca Zofia Posmysz, de 91 años, con la cara marcada por la emoción y el dolor pese a los años transcurridos desde su llegada al campo en 1942. Los recuerdos atormentan a esta mujer bella y menuda que soportó tres años en Auschwitz y en Ravensbrück: Vi cadáveres colgando de las alambradas de espino. Por la noche, las mujeres jóvenes salían de los barracones e iban a tirarse contra las vallas electrificadas. Era horrible, era realmente horrible! Por la noche nos despertaban esos gritos espantosos, recuerda la interna nº 7566.
A diferencia del KLI en Birkenau podemos visitar los barracones como fueron encontrados en 1945 y hacernos una idea de lo que era realmente la vida y la muerte en ese lugar. Los guías aquí hablan a los visitantes sin la ayuda de los cascos, dándoles pié a que realicen preguntas, y les dejan tiempo para que paseen por el interior de los barracones para que perciban sensaciones.
Hileras de vallas de alambre de espino, acequias utilizadas para el drenaje del campo, torres de vigilancia de madera, caminos de graba, césped recién cortado y barracones de ladrillo que se caen a cachos... Instrumentos del exterminio. El visitante imagina lo que debía ser aquello durante el crudo invierno polaco.
Puede parecer increíble que las mujeres se quedaran embarazadas en un contexto tan terrorífico como el del Auschwitz. Pero así es. En los barracones sin agua que servían para defecar en el mayor centro de exterminio nazi, los judíos se citaban para tener sexo, rodeados de excrementos y del olor a carne quemada que salía por las chimeneas de los crematorios. Muchas veces era pura prostitución: las mujeres vendían sus cuerpos para pagar los productos que tanto se necesitaban y que los hombres eran capaces de robar de los almacenes. 041b061a72